Del
libro regional al cine nacional
El cine mexicano ha dado grandes filmes basados en
obras literarias, especialmente durante la famosa época de oro del cine
mexicano. Según el historiador de cine Emilio García Riera, tan sólo de 1941 a
1945 se realizaron 85 adaptaciones literarias. La escasez de cine europeo
debido a la erupción de la Segunda Guerra Mundial, ocasionó que el cine
mexicano intentara “abarcar distintos tiempos y espacios” (García 129). La
misma guerra también trajo consigo una
relajación en las leyes de derechos de autor que los cineastas mexicanos
aprovecharon.
Vámonos
con Pancho Villa (VCPV)
–hecha en 1935— está basada en la novela del mismo nombre del escritor
chihuahuense Rafael F. Muñoz. El filme es un drama revolucionario en el que un
joven deserta de las fuerzas militares para unirse a un grupo de
revolucionarios que deciden pelear junto a Pancho Villa. Doña Bárbara (DB) fue adaptada al cine de la famosa novela titulada
igual, del escritor venezolano Rómulo Gallegos. El melodrama rural trata de una
mujer abusada de joven que se convierte en una dura y cruel hacendada en la
región araucana de Venezuela. El drama rural de La perla (LP) fue escrito por el norteamericano John
Steinbeck –ganador del Premio Nobel de Literatura en 1962— y cuenta la historia
de Quino, un humilde pescador que encuentra una gran perla en el océano y ve en
ella la posibilidad de mejorar su nivel social. Enamorada (E) es una adaptación del melodrama romántico The Taming of the Shrew de William
Shakespeare y, como su nombre en inglés lo dice, narra los sucesos por los que
pasa un duro revolucionario al tratar de domar a una indócil dama de sociedad.
Espacio
regional
Los
espacios y sus particularidades son prominentes símbolos cinematográficos dentro
de estas películas provincianas. Las características de las regiones en las que
se desarrollan los filmes podrían dividirse simbólicamente en elementos de
tierra y elementos de agua.
VCPV
y E tienen como época de fondo la Revolución Mexicana, por ende, los
panoramas incluyen zonas rurales, caballos y sombreros. El ferrocarril –símbolo
muy representativo de la Revolución Mexicana en general— está muy presente en VCPV
como objeto principal. Los sonidos de las trompetas también son símbolos
bélicos prominentes dentro de la producción. E es un filme con un gran
tono moralista por sus tintes religiosos y la iglesia del pueblo es el objeto
más emblemático de la producción.
DB
y LP contienen elementos de agua. DB tiene como fondo el Arauco
venezolano donde el río es sinónimo de pureza, inclusive hay una escena en
donde el protagonista –con nombre alegórico también: Santos— bautiza
simbólicamente a Marisela en el río, como si le estuviera limpiando el
<<pecado>> de ser salvaje y rústica. En el caso de LP
–situada en una costa mexicana no identificada—, el mar es sinónimo de mal
agüero. La espuma rabiosa que hecha el mar picado lo hace parecer casi como un
animal salvaje.
El papel de los extranjeros
Aunque
en VCPV no existe ningún personaje extranjero, las otras tres películas
tienen extranjeros como antagonistas a los protagonistas de las historias. Los
extranjeros de LP y DB son ambiciosos y deshonestos, de hecho,
los dos personajes están representados por el mismo actor: Charles Rooner. En LP
el doctor foráneo también tiene a un hermano tan codicioso como él. En el caso
de E, el extranjero no representa la maldad, sino simplemente el punto
de vista de un forastero que no entiende el por qué de la Revolución Mexicana
ni las acciones de los protagonistas. Parece como si los papeles de extranjeros
fueran insertados en estas películas para acentuar aún más las personalidades
culturales de los lugareños.
La
superstición
La superstición juega un papel sumamente importante en
algunos de los films. En DB, el personaje de Juan Primito representa al
humilde campesino supersticioso que cree fielmente en el poder de lo
sobrenatural. Ve pájaros negros cada vez que su jefa, Doña Bárbara, está de mal
humor o está a punto de cometer un acto cuestionable. La misma Doña Bárbara
utiliza una fotografía de Santos para tratar de embrujarlo y así conquistar su
amor. La luz de las velas y las sombras juegan un rol determinante dentro las
estrategias cinematográficas de iluminación debido al tema de la venganza y al
uso de la brujería por parte de la protagonista.
En el caso de LP, la perla es el emblema de la
mala suerte, siguiendo la superstición mexicana de que las perlas ocasionan las
lágrimas de las personas que las poseen. También se pueden observar animales
claves que atraen la mala suerte, como el alacrán que pica al bebé de Quino y
Juana, y el gato negro que sostiene el hermano del doctor cuando Quino y Juana
llegan a su oficina para venderle la perla.
La
música y el sonido
Graeme Turner en su libro Film as Social Practice argumenta que el sonido y la música son de
suma importancia ya que la audiencia no las entiende de manera directa o
lineal, sino que las asimila emocionalmente y en esto radica su poder
comunicativo (68). El sonido de las trompetas bélicas de VCPV sugiere
patriotismo; la música ranchera y religiosa de E inspiran romance y
tranquilidad; y las danzas regionales de LP y DB transportan a la
audiencia hasta el lugar mismo desde donde los protagonistas observan y
escuchan los festejos comunitarios.
Las
oposiciones binarias
El antropólogo y teórico Claude Lévi-Strauss define a
las oposiciones binarias como a la división del entorno en dos grupos
mutuamente exclusivos, como: bueno o malo, hombre o mujer, día o noche (Turner
83). Según Lévi-Strauss, esta forma de dividir el mundo a nuestro alrededor nos
ayuda a comprender el entorno en que vivimos. Así mismo, el cine –como reflejo
de la realidad— utiliza estas oposiciones para enfatizar y resumir ideas.
Barbarie
vs. Civilización
Una de las oposiciones binarias más utilizadas es la
del salvajismo y la civilización. DB es quizás el ejemplo más claro de
esta dualidad opuesta. La región araucana y sus habitantes representan lo
salvaje, lo natural. El citadino Santos representa la civilización. No es hasta
su llegada cuando Marisela –hija de Doña Bárbara— deja de ser en un animalito
salvaje para convertirse en una mujer civilizada. En LP, Quino y su
mujer son los indios que personifican lo natural y rústico; sin embargo, son
los hermanos extranjeros los que se comportan como salvajes <<educados>>
que están dispuestos hasta matarse entre ellos con tal de ganar la codiciada
perla. Los protagonistas de E también parecen tener los roles
intercambiados. El General revolucionario José Juan Reyes es romántico y culto,
mientras que la acaudalada Beatriz Peñafiel es rebelde y frecuentemente grosera.
Los personajes de VCPV no parecen caracterizar estereotipos y es difícil
encasillarlos debido al género realista de la producción cinematográfica y a su
contexto revolucionario. Se podría decir que ambos bandos, revolucionarios y
federales, tienen sus momentos civilizados y sus momentos salvajes, después de
todo están en guerra y en ella no hay reglas.
Las
representaciones femeninas y masculinas
Los roles culturales asignados de manera general a la
mujer y al hombre son personificados cabalmente en LP y en VCPV.
La mujer se dedica al hogar y el hombre a trabajar. La mujer es sumisa y el
hombre es el que toma las decisiones. Sin embargo, las representaciones femeninas
y masculinas en DB y en E parecen ser mucho más borrosas. En E
él es el refinado y ella es la indomable; sin embargo, al final los roles se
<<ordenan>> y él termina montado en su caballo y ella siguiéndolo a
pie. En DB la protagonista se reúsa a dejar su papel de dueña y señora,
y ni por su hija ni por el amor del ser amado retoma el rol de mujer sumisa.
Conclusión
Las películas
regionales se subordinan a las alegorías del color local para poder reflejar la
realidad de una manera más efectiva. Las películas aquí tratadas son ejemplos
irrefutables del uso del simbolismo y de las oposiciones binarias para lograr
que la audiencia entienda el lenguaje cinematográfico con mucha más facilidad. Los
filmes son verdaderas muestras del buen cine mexicano.
Bibliografía
De Santiago, Pablo. El cine en 7 películas. Madrid: CIE, 2002.
García, José Manuel. Cinema mexicano.
García Riera,
Emilio. Historia del cine mexicano. México:
Secretaría de Educación Pública, 1986.
Turner,
Graeme. Film as Social Practice. New
York: Routledge.
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