Por Nora Rivera
La época de oro del cine mexicano lanzó grandes
proyectos cinematográficos que consideraban ideas y personajes complejos. Durante
estos años la línea entre lo bueno y lo malo se hace más tenue. El personaje
bueno ya no es tan bueno y el villano ya no es tan malo. Este ensayo analizará
los paradigmas de los personajes perversos y las estrategias cinematográficas
utilizadas para la representación de la malicia. Las cintas estudiadas son La oveja negra (1949) de Ismael
Rodríguez, Doña Diabla (1949) de Tito
Davison, Ensayo de un crimen (1955) y
Él (1952). Estas dos últimas del reconocido
director español Luis Buñuel.
1. Los
paradigmas de los personajes perversos
En las cuatro cintas, los protagonistas –incluyendo
sus acciones y sus personalidades— se convierten en el elemento central. Sin
embargo, la dualidad del bueno/la buena y el malo/la mala se torna más bien en
una ambigüedad. En Ensayo de un crimen
(EDUC) Archivaldo es un joven que crece con la idea de que tiene el
poder de asesinar a quien le apetece, a tal grado que se obsesiona con el
concepto de matar. Francisco, el protagonista de Él, es un hombre egoísta con trastornos psicológicos que le causan
serios problemas en su matrimonio. Cruz Martínez de la Garza de La oveja negra (LON) posee las
peores adicciones que un hombre machista pueda tener y hace de su esposa y de
su único hijo legítimo víctimas que manipula a su antojo. Ángela en Doña Diabla (DD) es una mujer
vengativa, calculadora y manipuladora que es capaz de todo por dinero y una
buena posición dentro de la alta sociedad de la Ciudad de México.
Las
obsesiones como causas de maldad
La angelical doña Diabla –irónicamente llamada Ángela—
está obsesionada con vengarse de los hombres que la han querido poseer como un
objeto. La venganza parece ser la causante de su obsesión por poder y riquezas.
Se podría decir que es también este empeño en desquitarse lo que la impulsa a
sobre-proteger a su hija al punto de matar para salvarla de un mal amor. Don
Cruz en LON es un hombre adicto a las mujeres, el alcohol, el cigarro y
el juego. Quizás su obsesión sea él mismo porque cada una de sus adicciones es
un elemento para su propia diversión. Procrea hijos con la servidumbre sin
importarle las consecuencias. Ni su sumisa esposa ni su único hijo legítimo
logran cambiar el egoísmo de esta oveja negra. En EDUC, Archivaldo crece
como un niño mimado al que no se le niega nada, y es por esto tal vez que se
obsesiona con lo único que no puede comprar: la vida –o mejor dicho, lo que vence
a la vida: la muerte. Intenta matar a cuanta mujer se le cruza en su camino –a
veces sin motivo alguno— como si estos “intentos” le ayudaran a ratificar su
poder sobre la vida. Las obsesiones de la mente humana son extremadamente
visibles en Él. Aquí Francisco es un
millonario esquizofrénico con todo tipo de perturbaciones. Es perfeccionista,
compulsivo, celoso, egoísta, ambicioso y hasta fanático religioso. Su paranoia
ocasiona que intente matar a su propia esposa en varias ocasiones.
La
locura como punto intermedio entre el bien y el mal
Si bien es cierto que los personajes principales de EDUC,
Él, LON y DD no podrían
pasar por “buenos”, tampoco se les podría calificar de villanos en su
totalidad. La “locura temporal” –provocada por sus diferentes obsesiones— llega
a ser el punto intermedio entre ser héroe o ser villano. Las fechorías de los
personajes son hasta cierto punto justificadas en las cintas a través de sus causas.
Es decir, las acciones perniciosas de cada uno de ellos tienen sus causas, y el
exponerlas provoca que la audiencia “entienda” sus actos y “comprenda” sus
razones para realizarlas. Las adicciones provocan la locura de don Cruz;
eventos en el pasado provocan la demencia transitoria de Ángela y Archivaldo;
pero es Francisco el que presenta características de una auténtica demencia
psicológica. Al respecto, Carl Mora en su libro Mexican Cinema dice que Luis Buñuel “examines the shadowy boundaries between madness, sexual desire, and
religious fervor” (96).
La
pureza como tabla de salvación
Otro aspecto interesante que hace a estos personajes
menos malos es el buscar una salvación a sus pecados a través de la pureza de
otros personajes. Ángela protege lo único puro que todavía le queda en el
mundo: su hija; aunque se tenga que manchar las manos de sangre para seguir
protegiéndola. Sin embargo, es ese sentimiento bondadoso hacia su hija lo que
la salva al final de la cinta. La salvación de Cruz es su esposa, quien como
una mártir lo espera en casa sin reprocharle nada. Al morir la esposa, el hijo
se convierte en su nueva ayuda moral. Archivaldo busca su redención en Carlota,
la única mujer que ante sus ojos simboliza la pureza. El destino le cambia la
jugada porque resulta que esta mujer “pura” sale con un hombre casado y ella
también ve en Archivaldo su única salvación para convertirse en una mujer
decente. Afortunadamente para el protagonista –y desafortunadamente para
Carlota—, no tuvo que matarla porque se le adelanta el amante. Al final
Archivaldo se da cuenta que su liberación no estaba en la pureza de Carlota,
sino en deshacerse de la caja de música –lo que él cree que ocasionaba las
muertes— y encuentra a una mujer no muy pura –porque se iba a casar con un hombre
mucho mayor que ella—, pero tampoco no muy mala –porque se arrepiente y no se
casa— que parece que lo puede hacer feliz. Algo muy parecido le sucede a
Francisco. Se casa con una mujer que además de belleza, emana bondad y
honestidad. Francisco parece creer que el poseerla le dará el pase al paraíso
automáticamente. Sin embargo, ella lo abandona y él termina refugiándose en la
religión –otra de sus obsesiones—.
2. Estrategias
cinematográficas para representar la maldad
Símbolos
Los profesionales de la industria cinematográfica
utilizan símbolos que la audiencia pueda reconocer con claridad y así
decodificar la narración de la película. Por ejemplo, en EDUC Archivaldo
utiliza una capa negra cuando sale de casa decidido a matar a una de sus
víctimas. La capa normalmente se relaciona con vampiros, personajes muy
carismáticos y también malévolos. El símbolo más prominente de esta cinta es
una caja de música, que al sonar causa la muerte de alguna de las mujeres que
rodean al protagonista.
Un símbolo recurrente en las cintas aquí mencionadas
es el vestuario femenino. Las mujeres entre más “malas” más ostentosas son al
vestir, utilizando vestidos ceñidos y joyas. De igual manera, el cigarrillo se
presenta como un emblema de “pecado”, siendo solamente las mujeres “malas” las
que lo usan. El cabello manchado en la mujer también parece representar lo
claroscuro de sus portadoras. Por ejemplo, en Carlota –mujer pura a simple
vista— refleja un tinte de pecado –recordemos que tiene un amante casado—. En cambio
en doña Diabla –una mujer mala aparentemente— parece representar un poco de
bondad con el color de su cabello también –en este caso, el amor por su hija—.
En Él la
casa de Francisco es un reflejo de su personalidad. Como un espejo, imita la
complejidad del personaje. El gran salón de la entrada es ostentoso pero a la
vez confuso. Cuenta con diseños sin forma en las paredes. También existe un
cuarto desordenado, sucio y polvoriento que proyecta la verdadera personalidad
de su dueño, inclusive los tintes violentos porque en el cuarto parecen caerse
los muebles, ocasionando mini-explosiones en el piso. Los caballos de Cruz y su
hijo en LON también son extensiones de sus personalidades. El hijo monta
una yegua blanca y el padre un caballo negro. Una imagen distintiva de rebeldía
es la cerca que el padre continúa saltando, aún y cuando ya no está en edad de
hacerlo.
Luz
y sombra
Otros recursos usados por los cinematógrafos para
representar la malicia de sus personajes es el uso de las luces y las sombras. El
fuego y el humo utilizado en EDUC son primordiales para la creación de
una atmósfera terrorífica. La toma de Lavinia entre los fuegos de las bebidas y
las sombras de la taberna la hacen ver como “una pequeña bruja condenada a la
hoguera”, según Archivaldo. En Él la toma
del salón entre sombras, mientras Gloria es violada por su propio marido, es
una representación de la verdadera personalidad de Francisco: oscura y
ostentosa. La luz del cerillo de Cruz en LON lo ilumina de tal manera
–de abajo hacia arriba—que lo hace parecer endemoniado, y él lo reafirma al
decir “yo soy el diablo”. El comienzo de la película DD es también una
alegoría al título al enfocar dos sombras que se pelean en la obscuridad.
Conclusión
La
época de oro del cine mexicano dio inicio a una industria cinematográfica más
compleja. Los protagonistas –femeninos y masculinos— ya no destellaban pureza y
bondad, sino una personalidad obsesiva y compulsiva muy lejos de considerarse
ideal. Ejemplos claros de estas características ambiguas son los personajes
principales de las películas Él, EDUC,
DD y LON. Cada uno de estos personajes persigue sus obsesiones a
un punto violento del cual les es difícil regresar. Dentro de las historias,
los protagonistas buscan la redención pero no todos la consiguen del modo
deseado. Sin embargo sí logran seducir a la audiencia a través de las técnicas
cinematográficas utilizadas por los profesionales del cine de esta importante
época.
Bibliografía
De Santiago, Pablo. El cine en 7 películas. Madrid: CIE, 2002.
García, José Manuel. Cinema mexicano.
García Riera,
Emilio. Historia del cine mexicano. México:
Secretaría de Educación Pública, 1986.
Turner,
Graeme. Film as Social Practice. New
York: Routledge.
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