lunes, 9 de septiembre de 2013

"La muerte de Artemio Cruz" de Carlos Fuentes



En La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, el protagonista Artemio Cruz, se muestra como el prototipo de los nuevos ricos que se beneficiaron de la revolución, ya que cometieron traición en todas y cada una de las áreas de la vida. La novela presenta una aguda crítica social, una búsqueda del contenido de la revolución, un tema de lo que es la identidad mexicana y una denuncia de la felonía a los postulados revolucionarios originales. Por lo tanto, la historia de México es una historia sobre la injusticia permanente, que únicamente puede ser interrumpida por medio de la abolición de la elite que ganó acceso al poder después de la revolución. Si esa realidad no es transformable bajo este punto de vista, la historia de Artemio se reduce a una historia sobre la muerte y, en consecuencia, sobre la declinación de los valores republicanos que inspiraron la revolución Mexicana.

En La muerte de Artemio Cruz, agonizante, Artemio Cruz recuerda doce días de su vida, en los cuales tomó decisiones esenciales para su futuro. Siendo joven, Artemio luchó en la Revolución Mexicana y se unió más bien por casualidad, al grupo revolucionario que formaría parte de los ganadores al final de la rebelión: los militantes del general Obregón. Poco después del comienzo de la revolución, diversos grupos de interés con diferentes líderes, lucharon los unos en contra de los otros. Durante esa época, Artemio conoció a algunas personas que resultaron de mucha utilidad para él. El más importante fue Gonzalo Bernal, con quien Artemio estuvo en la cárcel esperando su ejecución. Gonzalo le reveló a Artemio que su familia poseía importantes bienes y propiedades. Una vez liberado, Artemio se puso en camino para encontrar a la familia de Bernal, consiguiendo arrebatarle el latifundio al padre y casarse con la hermana de Gonzalo.

En la novela La muerte de Artemio Cruz, los miembros de la elite discuten el cambio de gobierno, como una forma de determinar el comportamiento más ventajoso para ellos.  Tal es así que en 1927, Artemio, es invitado gracias a su condición de diputado, a una reunión con un comandante de la policía: “Escoge siempre a tus amigos entre los grandes chingones, porque con ellos no hay quien te chingue a ti. Vamos a beber. Brindaron  y el gordo dijo que este mundo se divide en chingones y pendejos y que hay que escoger ya…” (Fuentes, 129).

Artemio Cruz firma contratos con empresarios americanos y actúa como intermediario entre los capitalistas extranjeros y el gobierno mexicano. En la novela, la economía mexicana es capitalista, no obstante dependiente de la economía Americana. El protagonista ampara el capitalismo dependiente porque le sirve para enriquecerse. La explotación del azufre es financiada por los norteamericanos. A Artemio le preocupan las licencias necesarias y acepta dinero por su función de mediador, justificando su comportamiento: “…nadie quiso arriesgar y él no iba a dejar que esa riqueza se pudriera en las selvas del sur; si los gringos eran los únicos dispuestos a dar el dinero para las exploraciones…” (Fuentes, 26).

La muerte de Artemio Cruz destaca la existencia del protagonista en densos monólogos interiores, interpelaciones de dicción tan solemne como perentoria y segmentos narrados por una tercera persona omnisciente. El personaje existe menos como individuo que como ilustración, siendo sólo un reflejo de lo que se piensa sobre la capa dirigente y el régimen mexicano.

En su vida, Artemio consigue obtener poder y riqueza con la ayuda de una estrategia simple: traición permanente y colaboración con la corriente política en el poder. Describiendo la carrera de Artemio, se revela una promoción social que parece típica del periodo post-revolucionario.

Los doce días en la vida del protagonista de La muerte de Artemio Cruz, no aparecen ordenados cronológicamente, sino que se dividen en tres diferentes secuencias de narración. En la primera persona singular, el agonizante confía al lector sus emociones y percepciones. En la segunda persona singular, la conciencia de Artemio habla revelando sus errores y culpas.  Finalmente, en la tercera persona singular, el lector se entera del pasado de Artemio. Estos tres métodos lingüísticos facilitan la lectura de la representación del protagonista desde todos los puntos de vista.

En La muerte de Artemio Cruz, los miembros de la elite discuten el cambio de gobierno para detectar el comportamiento más ventajoso para ellos. Gonzalo Bernal, el idealista en la novela, explica que: “Una revolución empieza a hacerse desde los campos de batalla, pero una vez que se corrompe, aunque siga ganando batallas militares ya está perdida. Todos hemos sido responsables” (Fuentes, 194).  Por lo tanto, en ambas novelas no sólo se subraya el actuar de cada protagonista en sus respectivas novelas, sino que a través de la actitud traidora y corrupta de Artemio, se despoja y desenmascara a todos los miembros de la elite de poder en México, como cómplices de la injusticia. Don Gamaliel, el viejo latifundista piensa: “Poco importaba que el poder y la riqueza de ayer se fueran desmembrando; acaso ése era el tributo que debía pagarse al tiempo y a la ancianidad” (Fuentes, 48). Por lo tanto, La muerte de Artemio Cruz es una novela de juicios, cuyo origen se remonta al desencantado realismo de Los de abajo.

Patricia Carrasco

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