Greimas se ocupó de la
semiótica, semántica y semiología de la expresión. Principalmente él estuvo interesado en la
semántica y su estructuralista aproximación referente al significado. Además, ha publicado Sémantique Structurale en 1966 y Du Sens en 1970. En sus trabajos describe la estructura
narrativa. Por consiguiente, a la
semiótica narrativa le interesa poder describir y explicar cómo se produce y
recepciona el sentido, a partir de un tipo específico de discurso que toma la
forma del relato. Lo que sucede, afirma Greimas es que el sentido esta antes de
cualquier producción discursiva. Es como si se dijera que se vive naturalmente
inmerso en un universo de sentidos (Sémantique Structurale, p.19).
Greimas observa que en cualquier
relato se pondrán en relación componentes vinculados dentro de un mismo eje
semántico: blanco-negro, esclavitud-libertad, luminosidad-oscuridad, etc. Dicho
de otra forma el sentido se construye lógicamente a partir de relaciones de oposición.
Por ejemplo, pensemos que en el eje semántico de lo visible los conceptos de
oscuridad y luminosidad se entienden por oposición de uno a otro. No se podría
entender que significa luz (A), si no hubiera oscuridad (B). Por consiguiente A se opone a B, - A es - B. En resumen, la
"estructura básica" implica el reconocimiento y distinción de dos
aspectos de una entidad: su opuesto y su negación. Vemos B como lo opuesto a A
y - B como el opuesto de - A, pero vemos también – A como la negación de A y - B
como la negación del B. Por lo tanto, el cuadro semiótico de Greimas sirve para
expresar visualmente la lógica que se da entre los componentes semánticos de un
relato. Las relaciones de oposición que se suceden en un relato son múltiples y
constantes. El
cuadro semiótico de Greimas representa, en resumen un sistema de relaciones
binarias, y este rasgo de binariedad no significa que las cosas del mundo
posean este atributo, sino que se trata más bien de una regla de construcción
de las unidades de sentido: lo que está en relación binaria son los rasgos
elementales del sentido, que son construidos por medio de este mecanismo.
Para
todo estudio semántico se debe partir del hecho fundamental de que la
significación es independiente de la naturaleza del significante gracias del
cual se manifiesta. Es decir, en la
medida en que se consideren diferencias de significados y no de significantes
se podrán establecer estructuras de significación. “Ninguna clasificación de
significados es posible a partir de significantes” (Sémantique Structurale,
1966:11), lo que no significa ignorar que el análisis del significado es
imposible sin referencia del significante, y viceversa. Es decir, el análisis de los dos planos debe
ser llevados, aunque por los mismos métodos, separadamente. Un solo término-objeto (elemento de la
lengua-objeto, lexema) no admite significación, Greimas comienza por postular
la existencia de las “estructuras elementales” de significación. Estas se definen como la relación existente
entre dos términos-objeto que presentan al mismo tiempo una conjunción
(identidad) y una disyunción (diferencia).
La
obra de Greimas es una construcción teórica de la semántica de Saussue. Los principales capítulos de la obra son: Las
condiciones para una semántica científica.
La estructura elemental de la significación. Lenguaje y discurso (semas
y lexemas). La significación manifestada (el semema, los clasemas). El nivel
semiológico. La organización del universo semántico. La descripción de la
significación. Los procedimientos de descripción. En busca de los modelos de
transformación. En conclusión, Greimas instala un nuevo campo de investigación
estructurado en varias “estratégicas” metodológicas y epistemológicas: 1) significar
y profundizar la tradición estructuralista de Ferdinand de Saussure y Louis
Hijlemslev, 2) fundamentar un principio de immanencia, es decir una base
teórica-hipotética suficiente que garantice el proyecto de una semántica
estructural orientada al funcionamiento interno del texto, 3) proponer, en
definitiva, una teoría de la significación que pueda dar cuenta de las
condiciones de producción y comprensión de lo que se denomina el
“sentido”. Por consiguiente, esta nueva
teoría semántica deberá ser capaz de “…describir cualquier conjunto
significante bajo cualquier forma que se presente e independientemente de la
lengua natural que puede servir, por razones de comodidad, para la descripción
(…). La semántica científica y con ella la
descripción semántica, que no es más que la praxis que utiliza la estructura
jerárquica conceptual que es la semántica. Bien
puede decirse entonces que, en líneas generales, el modelo semiótico de
Greimas, está diseñado en gran parte (aunque no totalmente) a partir de una
hipótesis “fuerte” de organización de plano del contenido: sin menospreciar el
plano de la expresión del texto (verbal o no verbal) de definición de una
lógica del sentido es considerada como base fundamental de la significación.
De acuerdo
a la definición de lo que se ha denominado el recorrido generativo, Greimas
otorga la función dominante a las estructuras semionarrativas que desde abajo
del texto determinan la percepción de la significación (Du sence I, 1970). Precisando la estrategia en “Semántica
estructural”, la imagen de los dos términos opuestos (juntos y separados a la
vez) es complementada con las relaciones de implicación y contradicción. Un eje semántico une y separa a la vez dos
“términos” de una unidad mínima, una estructura cuya virtualidad se expande o
no dependiendo de los procesos de articulación, de textualización hacia las
otras instancias del recorrido generativo.
Además, en el nivel semionarrativo se estudia y localiza el problema del
valor semiótico y su articulación en una sintaxis fundamental. Por lo tanto, es el lugar del modelo donde se
establecen las relaciones fundamentales que organizan los micro-universos del
sentido muerte-vida, empatía-rechazo, amor-odio, felicidad-tristeza, etc. Los lugares vacios del cuadro
lógico-semántico se llenan de una valorización axiológica y se tornan
estructuras de valores porque un sujeto las debe interpretar como “positivas” o
“negativas”. Entonces, el cuadro
semiótico constituye el embrión de la sintaxis narrativa: de posibles programas
narrativos (una historia que se relata, una narración visual, una serie
encadenada de estos, etc.). Los valores son asumidos y desarrollados por los
programas narrativos y en el interior de estructuras denominadas actanciales
(nivel superficial). Aquí Greimas retoma y revaloriza las propuestas de
Vladimir Propp y los estudios dramatológicos de Etienne Soriau: elementos
categoriales como “Objeto, sujeto, destinador, destinatario, oponente, etc.”,
se organizan en una estructura mínima que conduce al valor hacia los niveles
del discurso y del texto.
Patricia
Carrasco
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