Todorov
diseñó su modelo de estructura sobre la gramática en Littérature et signification (Literatura y significación), Todorov
había utilizado el sistema homólogo de Lévi-Strauss para caracterizar el
argumento, pero había llegado a la conclusión de que se obtenían descripciones
demasiado abstractas y frecuentemente arbitrarias. En Grammaire du Décaméron, elaboró una gramática para explicar
aspectos básicos de los cuentos de Boccaccio y estableció las bases de la
ciencia narratológica. Todorov
diferenció tres dimensiones en la narrativa: una sintáctica (los nexos que se
obtienen entre unidades narrativas), y una semántica (el contenido o el mundo
representado o evocado) y una verbal (las frases que confeccionan el
texto).
Quizá la
aportación más estimable de Todorov sea la reconversión de los niveles
narrativos de “fábula” y “sujeto” por los de “historia” y “discurso”, fijando
así una de las dicotomías a las que todos los narratólogos remitirán
necesariamente. Por último como buena
parte de los estructuralistas, conviene apuntar la atención que Todorov concede
la retórica y su papel como co-director de “Poétique”, la publicación en que se
divulgan las principales aportaciones de la “vouvelle critique”.
Todorov
y una de sus obras más conocidas Gramática
del Decamerón, que parte de su aserto en el que se reúnen sus ideas anteriores. Sobre la base de un reducido corpus de cuentos, quiere definir su
estructura, el sistema narrativo que los constituye; en cierto modo el puente
que se tiende entre el sistema lingüístico-verbal y la realidad transmutada en
ficción. Por eso indica que el objeto de
su estudio no son las acciones, sino el relato de esas acciones, el modo en que
están organizadas por el discurso, al que se llama relato. Todorov pretende
reconstruir a través de cada uno de los cuentos particulares, un “sistema abstracto
de categorías”: semántico (lo que el relato representa y evoca, los contenidos
más o menos concretos que aporta, sintáctico (la combinación de las unidades
entre sí y de las relaciones mutuas que mantienen y verbal (las frases
concretas a través de las que llega al relato), aunque lo que más va a tratar
es lo sintáctico y algo de lo semántico. Por consiguiente, pone de manifiesto
dos unidades fundamentales de la estructura: las proposiciones y las
secuencias. Las proposiciones son los
elementos básicos de la sintaxis que se componen de irreductibles acciones que
actúan como unidades fundamentales de la narración, por ejemplo: X hace el amor
a Y. En la práctica una unidad puede
aparecer como una serie de proposiciones relacionadas, por ejemplo: X sale de
su casa, X llega a casa de Y, y así sucesivamente. Utilizando los modelos que conforman las propuestas y las secuencias son
tratadas como partes de la oración, mientras que las proposiciones y las
secuencias de sí mismos funcionan como frases y apartados que conforman el
conjunto del texto.
Los personajes pueden ser vistos
como los nombres, sus atributos como los adjetivos y sus acciones como
verbos. Todorov distingue tres
categorías primarias en su gramática: el nombre propio (que corresponde al
agente y que puede ser un sujeto o un objeto), el adjetivo (que como predicado
contiene información sobre las acciones o cualidades del agente) y el verbo
(divididos en tres modalidades diferentes: señala las modificaciones de la
acción, indica la realización de una mala acción, y muestra el castigo que
resulta de la mala acción anterior.
Todorov
al igual que Jakobson postulan que el relato es igual a la vida: “cada obra,
cada novela cuenta a través de la trama, de los acontecimientos, la creación
literaria es su propia historia… el significado de una obra radica en su propio
relato, habla de su propia existencia”. Para Todorov lo fantástico representa
una ilusión de los sentidos, provoca una extrañeza en el lector que no se puede
explicar con las leyes del mundo. Pero
existe el peligro de reducir la literatura fantástica a una categoría clara
donde coexisten dos géneros. Lo “extraño” es lo inexplicable, lo reducido a
hechos conocidos, a una experiencia previa.
Lo “maravilloso” comprende lo desconocido… a un futuro. Todorov habla de cuatro subgéneros: Lo
extraño puro, lo fantástico-extraño, lo fantástico-maravilloso y lo maravilloso
puro.
Patricia Carrasco
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